El que una lengua sea bonita o no depende de los ojos de quien la mire, no de la lengua en sí. Los gustos en cuanto a lenguas son de lo más subjetivos.
De modo que voy a hablar aquí de mis gustos personales. A partir de aquí se puede inspirar mucho quien quiera, para que busque entre las lenguas y se analice a sí mismo y descubrir cuáles son las que más le gustan.
Los criterios son distintos a la hora de "valorar" las lenguas. No es lo mismo cuáles dan más satisfacción a la hora de estudiar que cuáles son las más fáciles, difíciles, conocidas, utilizadas, "más útiles", más "de moda", etc...
Intentaré analizar cuáles son mis criterios:
- que la lengua pronuncie bien los sonidos, que no se los "coma";
- que no sea una lengua tonal, especialmente en el caso de estudiarla uno solo con un libro;
- que la escritura sea legible, para poder facilitar luego la lectura por libre, en la que se aprenden palabras por intuición gracias al contexto: si la escritura no permite saber cómo se pronuncia una palabra desconocida no va a servir para ese ejercicio de ampliación de vocabulario y soltura para leer;
- que la morfología sea apasionante, interesante, desafiante: si es demasiado simplona, podría perder parte de la gracia, pues ser fácil no es lo mismo que permitir disfrutar del estudio;
- que venga de un mundo cultural interesante, exótico, atractivo, fascinante, con una literatura, con una música, con una visión del mundo llena de encanto;
A pesar de todas estas facetas, algunas lenguas me gustan porque sí, independientemente de cualquier criterio.
El tayiko es la versión del persa darí como se habla en Tayikistán. Es igual que el farsí de Irán, pero escrito con alfabeto cirílico, cosa de le da ventaja sobre el alifato del farsí a la hora de estudiar. El estar lleno de préstamos del ruso le añade embrujo, por si ya tenía poco por sí misma como lengua irania.
El hawaiano, de la familia polinesia, es una lengua llena de encanto y con una visión del mundo fascinante: parece un viaje al mundo chamánico paleolítico. La morfología es como el mundo del revés, pero estudiarla es disfrute asegurado. La cultura de estas islas ofrece interminables bellezas musicales, de danzas y canciones, tradiciones y leyendas.
El lituano es una experiencia completa, una maravilla lingüística. La sensación que se tiene aprendiéndolo es la de estar hablando indoeuropeo de hace 4.000 años. Tiene una pronunciación diáfana y elegante, una morfología completa con todo lo que quieras pedir. Unas tradiciones ancestrales fascinantes, una auténtica joyita.
El swahili, si lo que quieres es disfrutar a lo grande, verte transportada a un mundo nuevo que mirar con ojos renovados, regocijarte con las maravillas de la inteligencia humana, saborear cada palabra como si fuera un caramelo dulce dulce que se deshace en la boca...
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