miércoles, 7 de octubre de 2015

Qawwali en versión Bollywood

   El qawwali es originalmente un género literario árabe, que se ha ido extendiendo por los países musulmanes.
   En el ámbito de la cultura indomusulmana ha tomado la forma de un género cantado de poemas místicos al estilo persa: hablan del amor divino con las palabras del amor humano.
   Y va de maravilla para hacer escenas musicales en el cine indio.

   Aquí tenéis el ejemplo de uso del qawwali devocional cantado en grupo en el mausoleo de un santón, y la aparición del protagonista en guisa de loco de amor, típico de la mística sufí. Mas en esta escena también está Shirín en el mausoleo, orando, y sabe que la canción va por ella. Son los celebérrimos amores de Shirín y Farhad, ubicados literariamente en la época del Shah Cosroes. El vivo sin vivir en mí, y la amada en el amado convertida y todos los topoi de la mística.

   La estructura fue definiéndose con el tiempo, de un solista y un coro que responde, a dos grupos que se cruzan ingeniosos juegos de palabras en poemas improvisados.


   Aquí tenéis la escenificación de un qawwali en la corte del rey Akbar, el protagonista es el príncipe Salim, el futuro emperador Jahangir, que entregará una rosa a la solista del grupo vencedor. Los grupos son la damas hindúes de la reina Jodhaa por un lado y las damas persas del rey por otro. La película es MUGHAL-E AZAM. Observad el lenguaje de los gestos de las manos, que va representando los versos del qawwali. Y atención a los nehru con pluma ladeados al estilo persa, que se convertirán años después en un marcador, en una señal indicativa de que, venga o no a cuento con la película, tenemos una escena de qawwali.
   Yo cuando veo estas cosas me imagino a Ziryab en la corte del emir Abderramán en Córdoba, impregnando los sones de Al-Ándalus de cadencias persas. Entre la herencia de Ziryab y la base rajasthani que trajeron los gitanos en el siglo XV, no es de extrañar que el sentimiento de los quejíos del flamenco nos conecten muy directamente con el qawwali indomusulmán...

   A continuación, para conseguir escenas más espectaculares en el cine, los creadores de Bollywood introdujeron la danza en las sesiones de qawwali. El género de danza utilizado sería el Kathak de las cortes de los sultanes, pero suavizado e historiado para que se ajuste mejor a la narrativa del cine.

 Aquí tenemos una escena con un duelo doble de improvisación: dos cuerpos de baile con sendas cantantes que se enfrentan a los dos poetas preferidos del príncipe Shahryar, en la corte del emperador Jahangir. La película es TAJ MAHAL.

Observad que hay cambios de ritmo típicos del género qawwali; cerca del final de la canción la percusión se multiplica por dos, o puede luego hacerlo por cuatro, ya casi el paroxismo. (Es algo que también forma parte de la música india clásica, con tabla y sitar, el ir acelerendo el tempo para mostrar el virtuosismo de los ejecutantes). Aparecerá este rasgo como representativo en los números de qawwali de las películas de Bollywood.

Hay una película magistral en el género del qawwali, BARSAAT KI RAAT. Ambientada ya en el siglo XX, en la famosa Lucknow, representa la vida de los poetas músicos especializados en qawwali. Ya no tiene que ver con las cortes principescas, sino con la burguesía mercantil. Aparece un padre anciano que ha enseñado a sus dos hijas a cantar e improvisar, y ellas tratan de ganar en sucesivas competiciones de qawwali: son las tres escenas gloriosas de la película. Les ayuda el protagonista, un poeta cantor que no es de qawwali, pero que les improvisa cuando hace falta. Una de las hijas le ama, pero él ama a otra muchachita, una a quien su padre tiene prohibido ir a conciertos ni tratar con cantantes.



   Otra característica del qawwali que comparte con los ragas de la música clásica india son los alap o aalaap  introductorios, muy parecidos a lo que hacen nuestros cantantes de flamenco. Se detienen en una vocal, sin anticipar la melodía de la canción. Lo que hacen es presentar variantes de las notas en que van a cantar (las notas del raga, si hubiera sido música hindú). En las canciones de Barsaat Ki Raat son fabulosos los aalaap.

   Después de estos ejemplos clásicos, en las siguientes décadas del cine las escenas de qawwali se van utilizando cada vez más, poco a poco se van "vulgarizando", por así decir... aunque todo el mundo retiene la respiración y se remueve en el asiento cuando ve que llega un qawwali, que suele ser el número musical más memorable y de música más arrebatada de la película. Al principio sólo en las de tema y ambiente musulmán, como en esta de los años 80, DEEDAR-E JAAR en que celebran el día de fin de Ramadán.



Pero, en el año 2000, rompió todas las expectativas la película DHADKAN, utilizando un qawwali poderoso y electrizante para una escena de ¡una boda hindú!, y ambientar de forma desgarradora los sentimientos de la novia, que se casaba contra su voluntad, por obedecer a sus padres, con gran dolor de su corazón, que sigue latiendo "dhadkan" por un noviete inaceptable que se había echado ella por su cuenta. Lo que no sabe es que la están casando con el guapísimo, honradísimo, piadosísimo y amantísimo Akshay Kumar (ay, suspiros, ay), vamos, tal cual el mismísimo dios Rama en persona... ...en fin. El caso es que tanto hindúes como musulmanes se llevaron las manos a la cabeza al oír un qawwali, canto devocional musulmán, en una ancestral ceremonia hindú presidida por el dios Agni. El aalaap del principio suena aturdido por un sundari que toca desgañitándose como es tradicional que se desgañite en las bodas hindúes. Vamos, que rozaba lo blasfemo. Pero la canción es tan absolutamente genial y a la gente le gustó tantísimo y la cantaba a todas horas... que se dio por bueno.


A partir de Dhadkan,  ya se dan casos de aparecer qawwalis donde uno menos se lo espera.

Os pondré dos ejemplos de casos muy dignos, pero hay otro montón de ejemplos que dan pena.
El primero, en la película MAIN HOON NA, donde cortan las partes tradicionales del qawwali y las pegan en otro orden: ya veréis el aalaap en la segunda mitad de la canción. Es para acomodarlo a la estructura de una canción más pop, propio de la película. En un colegio privado, una chica consigue por fin enamorar a su amiguito de toda la vida, éste había dicho que hasta que no oyera violines, nada. El qawwali es su despertar al amor.

El segundo es como un regreso al principio de todo. En la película VEER-ZAARA, en un mausoleo de un santón en Pakistán, se están cantando un pedazo de qawwali monumental (de esos que multiplican el ritmo por dos y por cuatro) al tiempo que la protagonista está ofrendando flores por su próxima boda, que no es con el amor de sus amores, sino con el hijo de quien le conviene políticamente a su padre. Pero aparece el protagonista, que es un sikh del Punjab indio, capaz de sacrificar ABSOLUTAMENTE TODO por su amada. El qawwali ilustra la intensidad del sentimiento de los dos, que se vuelven a encontrar, a pesar de que lo tienen todo en contra de su amor divino, más allá de fronteras y religiones.
Este vídeo es una reconstrucción del qawwali entero, tal como aparece en el disco de la banda sonora, porque en la película aparece cortado.



   Para terminar, más canto devocional en la Jama Masjid de Delhi, que no es un número musical de la película DELHI-6, sino una escena que ilustra el interior del protagonista, que es hijo de una hindú y un musulmán. Completan el track de la canción con imágenes de la película, en la que sale un loco sufí que va por las calles con un espejo, enseñándole a la gente que Alá está ahí, 'Allahu kum, en el espejo mirándote, más cerca de tí que tu propia yugular, como gustan ellos de decir.

Bien, pues espero que os haya entusiasmado esta música y que os inspire para aprender más y mejor hindi y urdu.

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